martes, 15 de septiembre de 2009

Los Natas: El Nuevo Orden de La Libertad


Disco: El nuevo orden de la libertad.
Artista: Los Natas.
Año: 2009

Por Gastón Martínez



En su reciente trabajo: Nuevo Orden de la Libertad (2009), Los Natas proponen un viaje turbulento por capas de humo, riff densos y empastados, voces frenéticas y desesperadas, combinados con intensidad cruda y urgente, en diez canciones de pura lava eléctrica.
El disco comienza con una guitarra acústica que decanta por su propio peso en un trasheo descomunal, donde chorreadas de volumen emergen “Las Campanadas”, entre el fraseo chillón y visceral de Sergio Chotsurian, y la rudeza de Walter Broide (batería).
Un camino esquivo y pedregoso propone el power trío en el tema que da titulo al disco, Gonzalo Villagra despunta un bajo gordo y crudo que va entretejiendo con soltura un camino saboteado por desmesurados riff de guitarras.
En “Resistiendo al Dolor”, predomina el sonido sucio y valvular de Corsario Negro, con un sonido más psicodélico y trabajado.
“Nací adicto, y así te conocí”, escupe la letra del “Hombre de Metal”, un tema bien pesado, que trasciende la etiqueta stoner.
“Ganar-Perder”, con un punzante arreglo de guitarra es tal vez el corte más popero, con buenas melodías, logrando un sonido épico entre Robby Krieger y Jimmy Page.
“Noviembre”, es una deliciosa canción que comienza en versión Unplugged, para luego mutar con una poderosa fuerza arrasadora, evidenciando la psicosis crónica del trío.
“David y Goliath”, despiden un eclecticismo psicodélico y deforme, suerte de eslabón perdido entre el Zappa lunático de Hot Rats y la oscuridad perturbadora de Master of Reality de Black Sabbath; en este contexto, acople de por medio irrumpe: “10.000”, machaque sugestivo y dureza extrema, recomendable para escucharlo antes de ir a terapia, con un final al palo que te vuela la cabeza.
Para compensar tanta adrenalina, y bajar los decibeles: “Dos Horses”, con su sinestesia pinkflonezca nos abre las puertas a lo más profunde del ser, y nos transporta a un viaje interestelar donde las notas musicales se van entrelazando como cadenas de tertulias dialógicas que no conocen horizontes.
Los Natas se despachan con un disco impecable que sigue la línea densa y colgada de Delmar (1998), matizándolo con el sonido más metalero y machacante de El Hombre Montaña (2006), un trabajo sórdido he impecable de una de las bandas del momento, o mejor aun del ¡Nuevo Orden…!

No hay comentarios: