lunes, 24 de agosto de 2009

Discos de fin de siglo.


  Tomar como referencia un lapso de diez años sirve muchas veces para hacer un balance en diferentes cosas, en este caso celebrar la década de edición de tres discos nobles, uno doble y otros dos simples que rozan con la coyuntura cultural de una época: el final del siglo XX en nuestro país. 

Discos: Bocanada - Honestidad Brutal- Abre.

Artistas: Gustavo Cerati - Andres Calamaro - Fito Páez

Año: 1999 (fin de siglo)

Sello : BMG - Warner Music Arg/Gasa - Warner Music Arg.

Por Guillermo Romani.

Collage : Hugo Rocabado.   

Hace una década atrás se editaron tres discos claves de tres compositores que se consolidaron como referentes de músicos, de la nueva camada que le dicen, quienes coparían la escena en la década siguiente. 

Bocanada, Abre y Honestidad Brutal son discos que clausuraron el siglo XX, y nos es casualidad que sus compositores hayan sido Cerati, Calamaro y Páez, músicos de trayectoria popular, que tomaron la posta de referentes iniciadores y que fueron protagonistas de tantos momentos grandes en la historia del movimiento rockero de éste país, que en aquel fin de siglo despedía diez años de patillas largas y fantasía bochornosa.
En torno a Gustavo Cerati la expectativa era grande, ya que no había editado material cantado desde la despedida de soda en 1997; salvo sus incursiones de lleno en lo electrónico con proyectos como Plan V y Ocio. Cerati lanzaba su segundo capítulo como solista con un disco exquisito, que lo mostró como marca.
Para Páez el final de la década coincidía con la llegada de su primer hijo, luego de haber sido enemigo íntimo (y público) de Joaquín Sabina. Por su parte Andrés Calamaro, en etapa elegante, comenzaba con un proceso de compulsividad compositiva con un disco doble, fruto del desorden creativo de un año grabando sin parar.
Los tres (Cerati - Calamaro - Páez) generaron influencias, desde Pity Álvarez a Miranda!, de Los Tipitos a Turf pasando por Gonzalo Aloras, y varios más, con ya sea con bandas o por sus discos solistas.
Bocanada se editó a finales de julio (1999) y el primer sencillo - que comenzó a sonar como anticipo del disco - fue “Raíz”; “Puente” fue el que abrió el juego, lanzado como corte (primer), de una lista de cinco (cortes) entre ellos “Tabú” incluido en la banda de sonido del films Monos con Navajas del director chileno Stanley. 
“Al Lado del camino” fue el nexo entre Fito y el público, éste primer sencillo lo muestra en una composición diferente: Abre es un disco donde el texto se torna central, altamente insinuado por la orquestación elegida para vestir las canciones que lo componen.  
 Mientras tanto Andrés iba a la carga con canciones radiables a rabiar, consolidando su talento para crear hits, asociándose con Cuino Scornik para ello. Tanto Abre como Honestidad Brutal apuntaron a canciones con estrofas largas (en algunos casos con ausencia de estribillos), recurso de la repetición y vista social. Por su parte Cerati fue fiel a su modo de componer con la sonoridad de las palabras, imágenes conceptuales iniciadas desde la música. 
Técnicamente son tres discos Hi Fi : Calamaro retomó el modo de grabación de Alta Suciedad: un sonido más negro, centrado en el modo de grabación de los volúmenes de la base y la voz, finamente o levemente ronca, aceitada por lapsos de mística química; con la participación del genial Joe Blaney en la mezcla del disco, Andrés, logró un concepto de presente continuo, representado en un centenar de canciones, de las cuales escogió 37 que integran este disco doble captado en varios estudios. El ex Rodríguez cortó dos hits con mayúsculas: “Te Quiero Igual” y “Cuando te conocí”.
En tanto Cerati eligió la tranquilidad de su propio estudio (casa submarina) y grabó las cuerdas de su tema “Verbo Carne” en los estudios Abbye Road. De aquella experiencia Alejandro Terán, el encargado de realizar los arreglos sinfónicos, nos decía al respecto: “me mostró Verbo Carne, y me dijo: acá veo como una situación sinfónica, me imagino algo grande con muchos músicos… Y terminamos yendo a Londres para grabar con la sinfónica, grosísima, y quedamos esa mañana en Abbye Road, sin exagerar, con el nudo en la garganta, era la gloria. A las 9 empezó la sesión y a las 9 y 10 ya estaba para irse, para volverse; ya estaba listo, entonces grabamos 7 versiones todas impecables, tremendo. Realmente se veía que se podía. La música de Gustavo es muy adaptable a formato sinfónico. Tiene muchas capas…”. Bocanada se mezcló en Inglaterra junto a Clive Goddard, el ingeniero que ya había trabajado junto a Gustavo en los tiempos de Sueño Stéreo.
 Por su parte el rosarino eligió a Phil Ramone como productor, grabó en Circo Beat y mezcló en New York.
  Los conceptos populares como la Argentina o el amor están repartidos en los trabajos de Andrés y Fito. Si lo deseamos podemos encontrar conexión entre éstas dos obras: el texto juega un papel crucial, marca un estilo diferente, predominan los textos largos y poca presencia de estribillos (véase "Al lado del camino" y "Clonazepan y circo") el contenido de las letras esta enlazado, existe un balance en cada una de ellas; "La casa desaparecida" y la letra de Cuino Scornik en "Clonazepan y circo" están contando la historia de nuestro país, una de manera más historicista y la otra más actual, con carácter antropológico. Intelectualidad aplicada.
Páez le dedica casi un cuarto de hora, de los casi cinco (cuartos de hora) que dura Abre, a “La Casa desaparecida”: una reflexión musical con constantes cambios de los motivos rítmicos, que encuentran en el groove de Guille Vadalá la dirección, estrofas con historia argentina mecida por jazz, tango y elegancia, que pasa revista de los acontecieres de casi doscientos años de popularidad reforzada, reprimida, atada a rasgos y modismos europeos - …”Entre rosas y Sarmiento, Don Segundo y Martín Fierro”. “La barbarie y los modales europeos”…  
En “Clonazepan y circo” (Cuino Scornik) Andrés hace un balance, una comparación entre el pasado y aquel presente del país: “...De que país estoy hablando, las neuronas van marchando”; “mucho traje de fajina, pero sobra cocaína” ; “Antes Pelo, ahora Gente, antes lucha , ahora circo, “antes pan , ahora clonazepan”… marcando hacia donde marcha una nación donde la corrupción crece tanto como la población.
En cuanto a la instrumentación Cerati fue el menos clásico, se armó de elementos virtuales y una banda de jóvenes talentos como el ex Kuryaki Fernando Nalé en el bajo, Martín Carrizo proporcionó su fuerza rítmica, y viejos conocidos como Leo garcía, Flavius Etcheto y Tweety Gonzalez acompañaron al crooner argento .
Programaciones samples, guitarras eléctricas y acústicas, cuerdas y metales se mixturaron en composiciones presisas. 
 Por otro lado una Sección de brasses integrada por músicos estadounidenses fue la apoyatura aerófona que eligió Paéz, quien trabajó con dos guitarristas: Gabi Carámbula y Ulises Butrón; un tecladista: Claudio Cardone, Shawn Pelton en batería, una coreuta: Anita Álvarez de Toledo y la bendición de Lucho Gonzáles en guitarra, invitado en “Tu sonrisa inolvidable”, ese paseo por el folclore sofisticado.
Honestidad brutal se forjó con la participación de múltiples artistas de todas las décadas (hasta ese momento) del rock: Ciro Fogliatta, Pappo; Gringui Herrera, Daniel Melingo, Cachorro López, Coti, Cuino y hasta Diego Maradona, a quién “El Comandante” le dedicara un episodio en el disco uno (cd 1) y con quien comparte la ranchera “Hacer el tonto” (cd 2).  
En Tal sentido podemos afirmar que el fin de siglo atestiguó los aconteceres musicales de compositores bisagras en la histora de rock en español.
  Tres discos, tres autores, un década que nos separa del fin de siglo (pasado) y canciones que siguen girando.  
Calamaro, Páez y Cerati supieron sembrar lo que hoy cosechan.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

discos de fin de siglo...me encanto esta nota sobre estos heroicos. Personalmente me costo mucho tiempo (años) asimilar estas obras que sin duda no envejeceran jamas!!!!
saludos...pipo de san luis

EMELMV dijo...

Se agradece su aliento Pipo, tres artistas que inmortalizan canciones desde el momento que las componen. Y las cantan al calor de las masas