domingo, 26 de abril de 2009

Muerte en la Catedral. Un Clásico de 1973.


Disco: Muerte en la catedral.

Artista: Litto Nebbia.

Año: 1973. 

Por Guillermo Romani

 En 1973, luego del comienzo beat (a mediados de los 60´s), el rock de estas pampas comenzaba a endurecer su música, mientras que Litto Nebbia ya había protagonizado la escena con éxitos y discordias: había sido blanco de críticas como la autoría de “La Balsa”, o por su reunión con el folclorista Domingo Cura.

En Aquel, emblemático,1973 de agite social de Tíos al gobierno y otros al poder, Nebbia tampoco pasó desapercibido, por que editó uno de los discos clásicos de la historia del rock de origen argen tino; se trata de Muerte en la Catedral, disco inclinado hacia el jazz- rock y el folck(clore), con la muerte como premisa; donde el texto es fundamental y se relaciona con temas centrales de la vida como lo es la muerte.

Muerte en la catedral se adelanta al jazz rock donde la improvisación es compositiva, y le pone intelecto a la escena rockera, al igual que Artaud de L.A Spinetta. La íntima “Vals de mi Hogar” inicia este larga duración, que se abre camino con “El revolver es un hombre legal”, donde la instrumentación es notable, de acento “beatle” y con fuertes teclados.

La siguiente “Señora Muerte”, de gran atmósfera para un texto reflexivo, “lánguido y optimista”, que nos remite a “Vamos Negro” en cuanto a su sonido. En cuarto lugar llega la cíclica “Mendigo de la luna” que fantasea con la idea de reinvención, hablándole a la luna. Nebbia propone volver a la infancia: “..Te ví de peña crecer y hacerte redonda”; “Y en el término de un mes, ya vieja, cierras tu estancia, recuperando tu infancia”.  

Muerte en la catedral es un disco de postales, de mucha imagen, abre con la ya mencionada “vals de mi hogar” y se centra con el clásico “El otro cambio, los que se fueron” que nos pasea y sitúa en aquellas cosas que plantea la vida y que son inevitables, historias mundanas de intimidad social: “..La gente sigue parada siempre dudando, como si el ayer los hubiera castigado”; elocuente canción de piano al frente, es el clima exacto de este álbum.

La segunda mitad del disco posee canciones como “La operación es simple” que equilibra con su instrumentación de tono acústico, aforismos en clave poética, aggiornados por cuerdas y vientos, que están distribuidos en esta obra de Litto. La tensión eléctrica vuelve en “Dios es más” de piano eléctrico y guitarras distorsionadas, que continúan en el tema homónimo al nombre del disco (“Muerte en la catedral”), en el que, hacia la coda final, se viaja a la velocidad de los colchones de hammond´s , que el ex gato salvaje aplicó.
La humorada “Despedida del trabajo 2”, hace la pausa antes de encontrarnos con “Señora vida” (la última canción) contrastante con la temática aplicada. El artista plástico Pérez Selis (de características geométricas y de bi - dimensionalidad) fué el encargado de elaborar el arte de tapa, el que engloba el ciclo de canciones de Litto Nebbia.
Muerte en la catedral reúne todas las características para considerarlo un clásico de buen gusto.

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