lunes, 4 de agosto de 2008

El aguante de García (era Say No More)



Por Guillermo Romani.

Decir más no es decir todo, es justamente “decir más”, es como no acabar nunca, dejando siempre una puerta por traspasar, la que invita a la posibilidad de pensar en otro momento que no está pasando, o que simplemente nos hace perder el presente, lo que está, lo visible vía mente, dejándolo lejos y opuesto al presente.
En términos de decir lo justo, decir más no cierra nunca, como los centavos del supermercado, que según slogans se notan tarde, al final, en los hogares, en los cotos. Entonces decir más es decir “pero”.
Decir todo es decir lo justo, es no guardarse nada ni algo, es dar todo completo, en consecuencia para decir “pero” mejor no digas nada, porque más consigues más querrás.
Con este concepto, de doble negación, tal vez nos podríamos acercar al tan famoso y a punto de mutar “Say no more”, ese que lejos de pensarse como un disparate es una toma de conciencia, ya que demuestra a un García descubierto por el mismo; aquel concepto que lo haría aún más famoso que tristemente célebre se encuentra en un momento de mutación, y su punto de inflexión está en el disco “Kill Gil”, aún no editado comercialmente y dado a conocer por los enanos informáticos; el que pareciera dejar ver algo de esa transformación de la que hablan las canciones que lo conforman.
Carlos Alberto García Moreno, un artista, hace notar la transformación y concluye la era Say no more. La muerte de un concepto y la transformación de un artista marcando el nacimiento de otra etapa, de otro concepto, tal vez uno de sumersión de grabación, ó una etapa más de creación, de experimentación en estudio, quien sabe.
Desde la época de La hija de la lágrima, García comenzó a transitar una etapa particular de creación, donde puede notarse determinadas características que laten en sus trabajos posteriores.
Hay que tener en cuenta que “La hija de la lágrima” es un disco entre conceptual y caótico pensado como una opera, y fué el indicio de la era “Say no more” que demuestra a lo caótico como concepto y encontró continuidad en el propio “Say no more” “El Aguante”, “Influencia” y en “Rock and roll yo”; entre estos hay tres discos que demuestran el propio conocimiento de su ser: “Casandra Lange”, el unplugged “Hello” y “Demasiado Ego”, donde García reinterpreta tanto sus influencias como su propia obra. A su vez en el medio de los discos anteriormente nombrados aparece el reencuentro de Sui Generis, que motivó dos discos, uno en estudios y otro derivado de las presentaciones en la bombonera, de formato doble; momento denominado
maravilización. En todos estos trabajos se pueden encontrar covers, algo que ayuda a elaborar una distinción: Charly siempre a mostrado sus influencias, y a partir de esta etapa, la del constant concept, se muestra a él mismo como una influencia constante, “Tu vicio” es un ejemplo de eso. Todos estos álbumes fueron las distintas capas del constant concept “say no more” y poseen características similares que parecieran estar agotadas.
A partir de ahora solo habrá que esperar que se solucionen los altercados de la vida privada de Charly para ver como muta y en que transforma su conceptual vida artística.
La elección del cover watching the weels, de Lennon, ayuda a comprender que García se entiende y que pide a gritos que lo dejen en paz.
Es momento de re pensar el aporte brindado por este artista y dejar de joder, de mostrar su intimidad de meter el dedo en la llaga, es decir “digan todo o mejor say no more”.

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