lunes, 16 de noviembre de 2009

Tributos, compilados y otras yerbas.

Poner la vista en versiones, homenajes y tributos es algo que puede entretener y sorprender a la vez. De un tiempo a esta parte, para algunos, los tributos se han convertido en compilados de auto ayuda de las FM´s, pero también pueden ayudar a derrivar prejuicios, que es lo que más interesa. Por ello mediante dos entregas repasaré, a modo de informe, algunos de los tributos, homenajes, compilados y covers que se generaron dentro de la atmósfera rockera del país. Tributos, compilados y otras yerbas, en los especiales de El Mundo Entre Las Manos. ¿Se puede dejar de ser original? Primera parte.

Por Guillermo Romani.

Hablar sobre homenajes y covers es algo que a muchos no les cae bien, tal vez por acusar de falta de creatividad, pero pocos tienen en cuenta lo valorado al hacer, con el respeto que se merece, una versión libre o una versión fiel de un tema en cuestión.

Para traer algunos a la memoria podemos comenzar a hablar de homenajes como Escúchame Entre el Ruido, comandado por Litto Vitale, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Desde su nombre, este homenaje (en celebración de los cuarenta años del inicio rockero en nuestro país) deja entrever algo más que simples versiones.
Para llevarlo a cabo, Vitale se encargó de los arreglos y de armar una banda para lograr un sonido estable, intervenido con el perfil de cada uno de los artistas que reinterpreta grandes momentos de la historia rockera; en algunas más acertadas que en otras, pero en todas es notable el cuidado artístico.
Si bien no están todos los grupos, ni todas las canciones, la esencia de algunos apareció en temas de otros. El homenaje cuenta con momentos como el de “Avellaneda blues”, donde David Lebón cristaliza un clásico de la primera hora del rock argentino, o con la versión de “El Samón” a cargo de Carlos Solari, entre varias de alto vuelo. Éstas versiones dejan oír más de lo que dicen, nos entrometen en una trama de conceptualidad organizada por Vitale, que viaja por cuarenta años de historia.
Es preciso subrayar el carácter historicista del trabajo, y también que las ventas para nada acompañaron a este disco doble por separado (como es la tendencia en la actualidad: discos dobles por separado, o Cd + más dvd) que deja entrever el estilo de producción Litto Vitale (guste o no).
Attaque 77, uno de los grandes ausentes en Escúchame entre el ruido, es una de las bandas más acertadas a la hora de brillar con versiones de otros compositores; inclusive externos al rock, aggiornándolos con sonido propio (o estilo) ; su principal bastión en el ramo de los covers es “Otras canciones”(1999), donde la banda punk argenta dedica todo un disco con versiones de temas de autores diversos como Alberto Cortez, Roberto Carlos o temas emblemáticos, para algunas generaciones, como el de la banda Erasure junto a clásicos de Gilda o The Who. Attaque supo tener una excelente mirada de grandes canciones y englobó a sus influencias generando desprejuicio.
Dentro de tributos antojadizos, Antojo de Palo Pandolfo además de hacer notar el quiebre en el rumbo artístico del músico, nos pasea por canciones de diferentes estilos como pueden ser "Mala vida" (Mano Negra) o "Volaré" (Domenico Modugno), junto a traducciones acertadas de canciones como "Ceniza a cenizas" (ashes to ashes David Bowie) o "Ella" (she -Charles Aznavour).
Con Antojo, Pandolfo también fue blanco de críticas por su versión del tema de Radiohead “Karma police”, donde el ex visitante se suelta a la suerte de melodía natural de algunas palabras. Arbitrariamente Palo trajo al oído pasadizos casi secretos de la historia del rock, como lo son: “La búsqueda de la estrella” del disco Spinettalandia y sus amigos del año 71, e “Hipercandome” de La máquina de hacer pájaros de 1977. Antojo ha dejado en claro que riegos se corren al cambiar el contexto sonoro de una canción, y ha dejado en claro que el prejuicio es una de los males más grandes que hay en el mundo de la música.
Covers o versiones son términos casi iguales, ya que no hay una diferencia estricta entre ellos; son nóminas que siempre serán distintas, desde el momento que se empuñan las guitarras para la interpretación “sobre” la versión original.

La discografía de tributos u homenajes dentro del rock criollo varía según la época, los intereses y los aniversarios. De la década del noventa podemos mencionar a Fuck you: un tributo a Sumo donde participaron, sobre todo, artistas en proceso de crecimiento, o “under´s” (Vía Varela, Massacre, Biranbent, etc) que se mezclan con artistas de renombre como Pedro Aznar (Mañana en el Abasto) o bandas como Los Auténticos Decadentes (Que me pisen) y Attaque 77 (Pinnini reagge). Pese a que pudo haber servido como plataforma de muestreo de nuevas bandas, Fuck You 1 y 2, es un disco de poca trascendencia, al igual que el Homenaje a las madres de plaza de mayo (de pésimo sonido 1996), que reúne versiones de cada uno de los grupos que participaron de aquel acto: Divididos, Las Pelotas, Los Caballeros de la Quema y hasta el mismísimo Bono de U2.
A todo esto algunas bandas parecieran ser abonadas a los discos homenajes y versiones, como lo son: Divididos, Attaque 77, Los caballeros de la Quema, entre otros, que coincidieron con Bersuit, Los Visitantes, Los fabulosos Cadillacs en Tributo a Sandro (Un disco de rock): un homenaje en vida a Sandro editado hacia el final de la década de las privatizaciones, y comandado por Afo Verde como productor, un especialista ya en dirigir producciones de homenajes en vida.
El tributo a Sandro congregó a las bandas de mayor evolución, y proyección de aquel fin de siglo.
Ya en el nuevo milenio los homenajes se multiplicaron y mutaron de uno a dos discos por homenajeado, y también fueron producidos por el ex Zimbawe Afo Verde.
Conforme a esto Calamaro Querido! (cantando al salmón 2006) es el primero de la lista en editarse, y celebra (de alguna manera) la vuelta al ruedo de Andrés Calamaro a los escenarios. Artistas de primera línea como León Gieco, Fito Páez, Kevin Johansen, etc. con sus improntas, reelaboran canciones del ex Rodriguez; bandas protagonistas de radios como La Mancha de Rolando y Los Tipitos, sumaron sus versiones para uno de los dos discos. Muchas de las canciones que los artistas intervienen tratan de ampliar el espectro, apuntando a dejar flotando atmósferas de otros temas, además del versionado: así se puede escuchar “Los aviones” por Javier Calamaro sobre la música de "Alfonsina y el mar".
Otro de los grandes que han tenido su homenaje es León Gieco, Gieco Querido! es bastante fresco y se editó en dos discos por separado; el compendio de artistas es notable y aunque repite algunos nombres que participaron del homenaje a Calamaro, sirve para bancarse algún que otro grupo que no nos guste, cantando una canción que nos encante.
Casi en paralelo y con una intención especial una FM (FM d- Rock) marplatense reunió versiones de temas de Gieco y lo editaron como “Guardado en la memoria” un homenaje que continúa el camino que abriera “Al flaco dale gracias”, un homenaje a Luis Alberto Spinetta, que se suma a la larga lista de homenajeados; A la edición triple de Al Flaco Dale Gracias se le anexó otro volumen (el cuarto), que cuenta con la participación (entre otros) de Litto Nebbia, haciendo la versión de “Finale” de Almendra. Tanto Al Flaco Dale Gracias como Guardado en la Memoria son álbumes que destinan sus regalías para la beneficencia y son una buena opción para revalorar canciones o bandas.
Si bien la lista de discos de versiones y homenajes es larga, ayuda a revalorizar muchos aspectos de la denominada cultura rock, es un aporte al aporte histórico cultural que puede significar una composición musical, que forja una influencia de las diferentes épocas.
Todavía nos quedan por recordar los tributos post mortem y los compilados con conceptos, pero eso será en la segunda parte, y en la segunda mitad de la semana.

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